
Impacto de los servicios por app cómo UberEats, DiDi, Rappi en la CDMX
14 mayo, 2021El año pasado, lamentablemente muchos restaurantes tuvieron que cerrar sus puertas a los comensales y ofrecer el servicio únicamente para llevar, por órdenes de las autoridades sanitarias, para lograr el objetivo de disminuir el índice de contagio por el virus SARS COV-2; sin embargo esto trajo consecuencias severas a la economía mundial.
Las empresas responsables de estas marcas no perdieron el tiempo y decidieron implementar en su momento políticas para la protección de la salud tanto de los clientes, cómo de los trabajadores y restauranteros.
Entre algunas de las medidas implementadas está la reducción del porcentaje de comisión de la aplicación, con la idea de que los repartidores y dueños de pequeños negocios no se vean afectados.
Respecto a las medidas sanitarias, los repartidores recibieron un equipo de protección personal, el cual consistía en careta, cubreboca y gel antibacterial; además de que en el caso que resultaran contagiados, tienen acceso a un apoyo económico por 15 días, mientras pueden volver a sus labores.
Es importante considerar que debido al periodo que permanecimos en casa por la pandemia, los repartidores estuvieron desempeñando una importante labor, ya que acercaron los productos de primera necesidad a las personas, salvaguardando su salud, arriesgando su propia salud en el ejercicio de su labor. Sin mencionar que también apoyaron a los negocios a que sobrevivieran en tiempos complicados.
Es interesante pensar que este tipo de aplicaciones, que entraron de forma novedosa y cómo un elemento de practicidad cuando no se tenía el deseo de salir de casa, pero era necesario buscar algo de comer o algún otro encargo que se haya olvidado; ahora, quizá pase a ser algo necesario al menos mientras debamos restringir las visitas a los restaurantes o al exterior en general.
Por ahora seguiremos viendo a esas personas amigables portando un chaleco fosforescente del color de la empresa que representen y una mochila térmica enorme sobre sus espaldas afuera de los establecimientos, esperando la orden de alguien, que lo espera con ansia en casa.